En realidad es una pintura de Monet, Les Dindons.
Hay varias cosas; no recuerdo haberle comentado mi sueño con el guajolote, ni que el animal fuera sumamente blanco, casi como en la postal que me envía.
Mi estimado amigo se despide mofándose de mi blog y de ver cómo nadie hace comentarios a lo que voy posteando.
Y para que yo vea que no es mala onda me envía una postal comprada por menos de un euro en el museo de Orsay, seguramente.
Sabedor de su religiosidad y de mi ateismo, le respondo con una frase que estoy seguro le tiene girando la ardilla a toda velocidad: "el señor es mi pastor, nada me faltará, y en verdes prados habré de pastorear todos los pinches guajolotes que mandas."