martes, 22 de diciembre de 2009

TACHAS

A lo largo de la vida hay ciertas revelaciones a las cuales se debe estar atento, manifestaciones que señalan pa dónde hay que seguirle; son los cuatro caminos mencionados por José Alfredo Jiménez; la epifanía de los reyes magos en su peregrinar; The long and winding road que escribiera Mc Cartney; es Gigamesh siendo expulsado de la ciudad y preguntádose "ah, chingá, y ´ora pa´dónde"...
Yo experimenté una de estas revelaciones en sexto año de primaria cuando en mi libro de español leí el cuento Tachas, de Efrén Hernández.
A fuerza de proyectarme, el distraido protagonista es mi absoluto retrato. El Tlacuache vendría siendo "El Pelón", mi cuate de esos años.
De hecho este blog estuvo a punto de llamarse así, Tachas, en homenaje a uno de mis cuentos preferidos de todos los tiempos.
Prometo mañana postear el cuento. O si desean hacerlo por su cuenta...

HONESTIDAD, POR DIOS

¿Alguien en su sano juicio (no cuentan tareas escolares) ha terminado una novela de Martin Amis o de Don Delillo?
Regalo mis ejemplares a quien los quiera antes que se vayan con el periódico acumulado en estas semanas en la clásica limpia de fin de año.
No quiero tener más cerca ese sentimiento de tomadura de pelo por parte de estos escritores.