viernes, 18 de diciembre de 2009

EL POEMA PARA TESS

Todo el día estuve pensando en poner un postings que dijera "¡a la chingada todo!" Ya me cansé de mostrar mi lado cursi y romántico y adulcorado.
Sólo quedó en el pensamiento.
Terminé un guión, escribí unas notas, preparé comida.
Y me encontré (o me encontró) el libro de poemas de Raymond Carver, Todos nosotros.
El asunto del copy rigth me impide transcribir todo el volumen el cual no es fácil conseguir por estos lares.
Pero pos ya metidos en gastos, voy a postear un poema que la neta, me mata.
(Maldita sea. No puedo soltar mi lado cursi. Tal vez mañana sábado.)



PARA TESS


Afuera en el Estrecho el agua chapotea,
como dicen aquí. Anuncia tormenta, me alegra
no estar fuera. Contento porque estuve todo el día pescando
en Morse Creek, probando una Daredevil roja, lanzándola
una y otra vez. No saqué nada. Ni una pieza
siquiera, nada. Pero estuvo bien. Fue divertido.
Llevé la navaja de tu padre y durante un rato
me siguió un perro que su dueño llamó Dixie.
A veces me sentía tan feliz que tenía que dejar
de pescar. Una vez me tumbé en la orilla con los ojos cerrados,
escuchando el sonido que hacía el agua
y el viento en la copa de los árboles. El mismo viento
que sopla afuera en el Estrecho pero diferente, también.
Durante un rato incluso me permití imaginar que había muerto,
y eso estuvo bien, al menos durante un par
de minutos, hasta que la realidad caló en mí: Muerte.
Mientras estaba allí tumbado con los ojos cerrados,
justo después de haber imaginado qué ocurriría
si de veras nunca me levantara otra vez, pensé en ti.
Entonces abrí los ojos, me levanté
y volví a sentirme feliz otra vez.
Te lo debo a ti, ya ves. Quería decírtelo.



Raymond Carver

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